Para casita...

La suerte no acompañó anoche al equipo che. Realmente tampoco hizo muchos méritos para merecerse el pase. Nos quedamos con un sabor amargo por la eliminación del conjunto valencianista, pero esta vez parece que no nos duele tanto. Quizás duela a algunos más que a otros por ese sentimiento merengue. La realidad es que el cuadro alemán, el Schalke04 de Raúl, Jurado, Escudero y compañía , ganó la partida y ya espera con tranquilidad en la siguiente ronda.

Como anécdota decir que es muy duro que "el que nunca hace nada" tuviese que dejar su equipo del alma, el Real Madrid, para llegar a un club humilde y alcanzar los cuartos de final de la Champions League. Todavía no llego a creer como el galáctico equipo moudrileño lleva todo un periodo de "chascos", concretamente 6 años, con la maldición de los octavos de final.

Centrándonos en el partido de ayer, podemos reseñar que el duelo no reflejó tintes españoles.Todo el protagonismo fue acaparado por otro, por un jugador muy conocido, por la foquita Farfán, que hizo acto de presencia en dos momentos claves. En el primero de ellos, minutos después de que el Valencia se adelantara por mediación de Ricardo Costa tras una espectacular jugada de Topal, sacó un magistral disparo a balón parado, con comba incluida, que puso en la mismísima escuadra. Guaita sólo pudo estirarse para la foto y rozar el balón con la punta de los dedos. 1-1. A partir de ahí hubo ocasiones por parte de los dos bandos. Las ocasiones valencianistas no eran fruto del juego fluido y eléctrico que nos acostumbra a ver, sino que la defensa alemana era, y es, un verdadero desastre. Hoy no fue el día de ninguno: un Aduriz fallón, un Juan Mata trabado, un Banega sin claridad, un Guaita inseguro... de todos ellos Joaquín es el único que se puede salvar. Ya en el tiempo extra, con 2-1 en el electrónico (Gavranovic min.52) y con los "murciélagos" rotos atacando a la desesperada, el 17 peruano del Schalke (de nuevo Farfán) tiró de potencia y clase para salir como una flecha a la contra y sutilmente picar la bola por encima del cancerbero español. Cerrando así un enfrentamiento vibrante en todo momento, que quedará en el recuerdo de Emery y los suyos.

Con el 3-1 final son abundantes las preguntas que rondarán en la cabeza de muchos futboleros...¿volverá Raúl a su casa de toda la vida, al Bernabéu? ¿mandará a callar a cerca de 90.000 espectadores catalanes en el Camp Nou? El azar es el que decidirá. Esto nadie lo sabe, y puede convertirse en realidad como todo en la vida.

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