Las puertas del estadio volvían a abrirse en una ciudad más que ilusionada. El azul y blanco, y las camisetas de Cazorla, Joaquín y Van Nistelrooy inundaban las calles malagueñas. Llegó la hora y a las 20:00 con las gradas a rebosar, Málaga y Athletic Club comenzaron su duelo. La alineación malaguista era un campo de rosas, convirtiéndose ayer tarde en la más bonita del jardín Martín Gastón Demichelis (sin olvidar la gran labor de Toulalan). Y nombro al argentino como MVP del encuentro porque secó al Rey León en cada una de las jugadas y balones aéreos que este trataba de recibir. Pero la fragancia la desprendía el de siempre, el pequeño Cazorlita. Más apagado en este encuentro, con respecto a los 3 anteriores, pero apareciendo cuando el equipo lo necesita y para eso está aquí, para llevar al Málaga donde se prevé. En el minuto 61 en pleno atasco del partido, le pegó con sutileza y clase a un libre directo y lo colocó en la mismísima escuadra poniendo el 1-0 definitivo en el marcador (3 goles de falta en 4 partidos de liga, no está mal).
Los rojiblancos no levantan cabeza, sufrieron su tercera derrota consecutiva y los aficionados bilbaínos no están acostumbrados a esto, se impacientan. El ‘Loco’ Bielsa, un genio el que le puso ese mote, sigue sin encontrar la poción. Poco a poco va viéndose mejora, más toque y organización, pero falta profundización y cosechar jugadas con peligro. Raro fue el esquema que presentó el míster del club rojiblanco: 3-4-3 con Javi Martínez de central, Gurpegui a la derecha de Javi Martinez, De Marcos e Iraola como laterales avanzados, Muniaín suelto en la mediapunta a su bola sin compañía alguna y Llorente en punta echando de menos a un Toquero que lo acompañaba a todos sitios. En el segundo tiempo entró David López como creador al llevar toda su vida jugando como extremo. Son cambios en los que sólo Bielsa cree y que para nadie tienen lógica. ‘Tiempo al tiempo’ será lo que el técnico argentino dirá, no obstante el estado anímico del cachorro Muniaín al término de la batalla reflejaba la gran desesperación que se tienta. En cuanto el Athletic arranque, si es que ocurre, todos aclamarán a Bielsa mientras tanto se oye por ahí: ‘no se tenía que haber ido Caparrós’.
En conclusión, el Málaga, que es mucho Málaga, hizo un buen partido y hundió un poco más a los vascos. La siembra veraniega del jeque va viento en popa, las rosas van gozando de una perfecta adaptación y desarrollo, por lo que la Rosaleda ya huele muy bien, huele a Champions.
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