Nada nuevo bajo la lluvia

¿Cuántas veces se ha escuchado en estas dos semanas el famoso efecto Pellegrini? Pues bien, resulta que tras, eso sí, las dos primeras victorias en casa de la temporada, las sensaciones que deja el equipo andaluz siguen siendo muy parecidas a las que hicieron cesar a Jesualdo Ferreira ( recientemente fichado por el Panathinaikos, por cierto).

Y es que el problema viene desde más atrás, de la mala formacíón de una plantilla en la cual vemos jugadores que no dan el nivel de la categoría ni por asomo, casos de Mtiliga o Sandro Silva, que no tienen un sustituto con la más mínima de las garantías... Pero esto no es más que un simple ejemplo de la mala planificación veraniega por parte de un empresario qatarí que ha decidido emplear su tiempo en su particular Liga Master en el club de la Costa del Sol.

Esperemos que el denomiado Plan B en lo que a fichajes se refiere, sea más acertado, no resultará muy complicado, que la inversión de casi 20 millones ejecutada en el mercado veraniego.

No nos quedará otra que confíar en la recuperación de Rondón, el gran fichaje de esta temporada, y del anhelado guardameta Rubén (chirría ver a Arnau de titular), que encomendar a la defensa que de una vez por todas defienda, valga la redundancia, o que personajes con cierto peso en el equipo por su indiscutible calidad, Apoño o Quincy, se tomen un poquito en serio su profesión.

Aún con este panorama, el futuro del malaguismo se presenta ilusionante porque el mundo del fútbol, desgraciadamente, como todo en esta vida, es controlado por el dinero, y de esto sí que entiende el señor Bin Nasser.